lunes, 22 de noviembre de 2021

Nostradamus: Un profeta sorprende a Europa

Nostradamus:

Un profeta sorprende a Europa

Es muy frecuente que los hombres sueñen con conocer el futuro. Después de los adivinos paganos y de los profetas bíblicos viene el tiempo de los magos laicos. En 1555, aparece en Lyon la primera edición de las Centurias astrológicas, enigmáticos cuartetos Firmados por un tal Nostradamus, que rápidamente se impone como el mayor de los visionarios modernos.

DE MÉDICO A ASTRÓLOGO

Miguel de Nostre-Dame, llamado Nostradamus, de origen judío, nació en 1503 en Saint-Rémy-de-Provence. Sus dos abuelos eran médicos y él estudia medicina en la universidad de Montpellier. En 1526 una epidemia de peste estalla en Languedoc: sana a los enfermos con una abnegación ejemplar, desde Aix hasta Marsella. Se establece en Agen, se casa y conoce a Julio César Escalígero, uno de los hombres más sabios de Europa. Sin embargo, unos años más tarde, pierde a su mujer y a sus hijos, víctimas de una nueva epidemia de peste.

Entonces comienza a viajar, según algunos, llegando hasta Egipto, pero, al parecer, sus peregrinaciones solo se limitan al sur de Francia y a Italia. Es quizás durante este vagabundeo que se manifiesta, por primera vez, su don de videncia: un día, al encontrarse con un monje en el camino, habría reconocido en él al futuro Papa Sixto V y se habría arrodillado diciendo: Me arrodillo ante Su Santidad. Al menos es, sin duda, en este período de viajero solitario que su espíritu se exalta hasta el punto que cree poseer el don de predecir el futuro.

EL HOMBRE QUE PREDIJO SU MUERTE

En 1546, se establece en Salos, dos años después vuelve a contraer matrimonio: abre un consultorio médico que prospera rápidamente; sin embargo, se inclina hacia las observaciones astrológicas. En ese tiempo redacta primero un almanaque con presagios (1550), luego sus Centurias, probablemente como resultado de las visiones que tiene durante sus desvelos nocturnos. Pronto su trabajo causa sensación, y, en julio de 1556, Catalina de Médicis, apasionada por el ocultismo, manda llamar al adivino para que establezca el horóscopo de sus hijos.

Anuncia entonces que tres de ellos reinarán, sorprendente predicción que será confirmada: los tres niños subirán al trono con los nombres de Francisco II, Carlos IX y Enrique III. Cuatro años más tarde, en 1559, estando Nostradarnus ya de vuelta en su hogar, el rey Enrique II, padre de los niños muere en un torneo. La visera mal cerrada de su yelmo dejó pasar la lanza de su adversario, el conde de Montgomery, y el soberano agoniza, durante diez días, con el ojo reventado y una herida en la cabeza. Los contemporáneos recuerdan entonces la extraña predicción del 35° cuarteto:

 

“El león joven al viejo vencerá,

En campo bélico en duelo singular:

En jaula de oro le reventará los ojos

Dos clases una, luego morir, muerte cruel”.

En el año 1564, Carlos IX encarga a Nostradamus la importante misión de ser médico de cabecera del rey. Es un empleo de mucho prestigio, se encuentra en el apogeo de su fama, adulado por poetas como Ronsard. Dos años más tarde muere cuando regresaba de una misión en Arles. Nuevamente un cuarteto parece haber predicho su fin:

“De vuelta de la embajada que el rey le encomendó

Ya nada hará, se habrá ido hacia Dios

Parientes cercanos, amigos, hermanos de sangre

Encontrado totalmente muerto al pie de la cama”.

Y MAÑANA...

Las Centurias que van en constante aumento desde la primera edición hasta la muerte de Nostradamus, son conjuntos de cuatro versos agrupados en grupos de cien (y de ahí el título de la colección). La edición definitiva de las obras de Nostradamus incluye la Carta a César (hijo de Nostradamus), Epístola al muy Invencible, al muy Poderoso y muy Cristiano Enrique Segundo, rey Francia. Las propias Centurias (que completaron 12), los Presagios (141 cuartetos) y finalmente los Sextetos (58 estrofas de seis versos). Muchos términos latinos afrancesados están mezclados en la lengua del siglo XVI, lo que no facilita la interpretación de las predicciones, que el propio astrólogo ha redactado voluntariamente de manera oscura, con el fin de evitar cualquier tipo de persecución. En el prefacio de la edición de 1555, manifiesta el miedo de ser perseguido por la Iglesia, y se defiende contra las acusaciones de hereje que se hacen en su contra. También afirma no poseer ningún libro de magia.

Las profecías cubren la historia de Francia hasta comienzos del siglo XXI, las hay en menor cantidad para la historia de Europa y del mundo. Para los incondicionales del mago, efectivamente algunas se cumplieron; Michel de Nostre-Dame habría previsto la huida de Luis XVI a Varennes, el advenimiento de Napoleón I y luego la instauración de una república después de la caída de la monarquía. En cuanto a nuestra época, y precisamente los años que vendrán, los comentaristas creen que en los cuartetos se anuncian cosas poco tranquilizadoras: se producirá un tercer conflicto mundial, que comenzará en el Medio Oriente y durante el cual Marsella y París serán destruidas; y la llegada del Anticristo a la Tierra. Jean-Charles de Funtbrune, uno de los exegetas más conocidos de Nostradamus, fija esta llegada para 1999. Dentro de poco se sabrá si las profecías de las Centurias son exactas, a menos que los comentaristas más autorizados no se dejen engañar por sus sentidos.

 



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