domingo, 21 de noviembre de 2021

LA PREMONICIÓN DEL TITANIC: Su fin fue predicho 14 años antes

 LA PREMONICIÓN DEL TITANIC

Su fin fue predicho 14 años antes

Fenómenos inasibles, las premoniciones más o menos comprobadas se cuentan por miles. La mayoría se refiere a anécdotas personales, pero algunas se relacionan con sucesos mundialmente conocidos y han sido reveladas con anticipación, antes que el suceso ocurriera. La más famosa de estas premoniciones es el tema de una novela corta, escrita por el norteamericano Morgan Robertson, quien, catorce años antes de la catástrofe, predice con lujo de detalles el naufragio del Titanic.

UNA OBRA INSPIRADA

Nacido en 1861, Morgan Robertson es un escritor que se especializa en historias del mar y que ha sido injustamente olvidado en nuestros días, uno solo de sus libros, Futilidad, escrito en 1898, lejos de ser el mejor que escribiera, le ha valido, sin embargo, cierta fama póstuma. Esta novela corta sobre la debilidad del hombre frente a la fuerza del destino relata el naufragio del “transatlántico más grande construido por el hombre", el Titanic. Este se despanzurra contra un témpano y se hunde, llevando a la muerte a la mayoría de sus pasajeros por falta de suficientes botes salvavidas. Pero las coincidencias no se detienen allí: el conjunto de concordancias es, en efecto, sorprendente. He aquí algunas de ellas, y entre paréntesis, los hechos equivalentes relacionados con el Titanic:

·         travesía en el mes de abril (10 de abril de 1912),

·         70.000 toneladas de desplazamiento (60,000),

      · Eslora 800 pies (882,5),

      · Tres hélices (3 también),

      · Velocidad máxima 24 a 25 nudos (idéntica).

      · Capacidad máxima 3.000 pasajeros (la misma), 2.000 pasajeros a bordo (2.230).

·         24 botes salvavidas (20).

· 19 compartimentos estancos (15)

· Tres motores (3 también)

· Rotura del casco a estribor (idéntica).

Morgan Robertson declaró durante toda su vida que su inspiración venía de un "colaborador astral", para utilizar sus propias palabras, es decir, de un espíritu que le guiaba e inspiraba sus trabajos literarios. Esta es la única respuesta que daba para explicar estas coincidencias extraordinarias entre la ficción y la realidad. A pesar de la reedición de su obra, no recoge los frutos de su sorprendente premonición después del naufragio del Titanic, ya que los lectores prefieren conocer los detalles sensacionales de la investigación en vez de la ficción, aunque esté marcada por un extraño sello.

UN SUEÑO TERRIBLE

Aunque la premonición acerca del naufragio del Titanic es la más sorprendente, sobre todo debido a la magnitud de la catástrofe y a la resonancia que ésta tuvo en la opinión pública, existen otros ejemplos, casi tan inquietantes, que pueden recordarse. En mayo de 1979, David Booth, un oficinista de Cincinnati, Ohio, es atormentado por una pesadilla durante la cual asiste, impotente, a una catástrofe aérea en un gran aeropuerto del país. El "ve" cómo un gran jet con los colores de los Estados Unidos levanta penosamente el vuelo, se inclina súbitamente y se estrella en la pista, estallando en una enorme explosión de Fuego y humo negro. Cada vez el sueño es más preciso.

Después de consultar con su siquiatra, Booth decide advertir al aeropuerto de Cincinnati. Allí, los expertos tratan, sin éxito, de "adivinar", gracias a los detalles entregados, de qué aeropuerto se trata.

Además, la compañía American Airlines refuerza las medidas de seguridad en sus grandes aviones. A pesar de todo, el 21, de mayo, en el aeropuerto de Chicago, un DC-10 de la American Airlines se estrella brutalmente al despegar, siguiendo el desarrollo exacto del drama soñado por David Booth. 237 personas encuentran la muerte y la pesadilla de David termina...

LA PREMONICIÓN DE SU PROPIA MUERTE

Otro caso no menos célebre y aún más dramático, se produjo en el país de Gales en 1966. El 21 de octubre de ese año, a raíz de un deslizamiento de tierra, la escuela de la pequeña aldea minera de Abergan es sepultada por medio millón de toneladas de polvo de carbón. El accidente provoca la muerte de 144 personas, entre ellas, 122 niños. Un siquiatra, el Dr. Juan Barker, realiza una investigación con la ayuda de un amigo periodista y recoge sesenta relatos de personas que dicen haber presentido la catástrofe; 24 de ellos son confirmados por testigos.

El caso más emocionante es el de la pequeña Eryl Mai Jones, de diez años, una de las víctimas del terrible accidente. Dos días antes, la niña le dice inesperadamente a su madre que no tiene miedo de morir puesto que así "se reuniría con Jesús", que todo se ve negro en torno a ella y que estará con sus compañeros Pedro y June. La víspera, le cuenta también a su madre que ha soñado que la escuela había desaparecido y que "algo negro se la había tragado". En el cementerio, la pequeña está efectivamente enterrada entre Pedro y June.

La investigación del Dr. Barker muestra igualmente que muchos de los testimonios corroborados provienen de personas ajenas a la región. La premonición de una catástrofe no depende, por lo tanto, del hecho que una persona sea cercana geográfica o sentimentalmente al acontecimiento que se va a producir. Es la única conclusión que puede sacarse de estos inquietantes casos...

EL NAUFRAGIO DEL "TITANIC"

Las premoniciones relativas al naufragio del Titanic son tan numerosas que han permitido escribir con ellas un libro, Investigaciones síquicas de una tragedia, de Jorge Behe. Al leerlas, da la impresión de estar en presencia de un acontecimiento "estrella" en la historia de la premonición.

El 10 de abril de 1912, el transatlántico Titanic, de la compañía inglesa White Star, declarado insumergible en razón de su sistema de compartimentos estancos, zarpa de Southampton en su travesía inaugural con destino a Nueva York.

 Entre los pasajeros se encuentran tanto emigrantes como la flor y nata de la aristocracia financiera anglosajona. Durante la noche del 14 al 15 de abril, cuando se encuentra a unas 300 millas (cerca de 550 km) al sudeste de Terranova, el Titanic choca con un témpano que desgarra sobre 90 metros el flanco derecho de su casco.

A las 2.30 de la madrugada, el gran transatlántico desaparece. De los 2.230 pasajeros embarcados, sólo 709 serán recogidos por el buque carguero Carpathia que se encontraba cerca. La mayoría de los desaparecidos viajaba en la tercera clase. Debido a la notoriedad de algunas de las víctimas, de los enigmas que rodean a este naufragio y de la magnitud de la catástrofe, el Titanic entra directamente a la leyenda negra del mar. Sus restos recién fueron encontrados en 1985 por el equipo del profesor norteamericano Roberto D. Ballard.


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