LA
LEYENDA DEL HOMBRE LOBO:
Seres
mitad hombres, mitad bestias, juzgados y condenados
Animales poderosos y
peligrosos, los lobos han sido por mucho tiempo el terror de los campesinos
cuando el hambre los empuja hacia las aldeas en el invierno. No es de
asombrarse, por lo tanto, que la imaginación popular haya inventado que ciertos
seres humanos pueden transformarse en lobos y devorar a otros hombres.
Durante los siglos XV y
XVI, los hombres lobos, como se les llamaba, fueron un tema recurrente, ya que
una verdadera psicosis reinaba entonces entre el campesinado y numerosos
individuos acusados de «licantropía» (capacidad de transformarse en lobos)
fueron juzgados y condenados por los tribunales por haber cometido asesinatos
de carácter canibalesco bajo la apariencia de lobos.
GILLES
GARNIER, HOMBRE LOBO Y CANÍBAL
Puesto que nadie, en
esa época, dudaba de la existencia de los hombres lobos, en los que se veía una
manifestación del diablo, personas muy sabias disertaban sobre los casos
registrados. Pedro Mamor, rector de la Universidad de Poitiers en el siglo XV,
no muestra escepticismo alguno cuando comenta el siguiente testimonio: una
campesina habría visto a su marido vomitando el brazo y la mano de un niño que
habría devorado mientras su cuerpo había tomado la forma de un lobo... Los
anales judiciales registran muchos procesos en los cuales comparecen personas
sospechosas de ser hombres lobos.
En 1521 en Francia, dos
campesinos, Burgo y Vicente, fueron juzgados bajo esta acusación. Sin embargo
uno de los procesos más famosos se desarrolló en el Franco Condado en 1574,
cuando se juzgó a un hombre llamado Gilles Garnier, acusado de haber asesinado
a muchas personas, entre ellas a varios niños, y de haberlas devorado después
de transformarse en lobo. ¿Cuáles fueron las pruebas presentadas? ¡Las de haber
ofrecido de esta carne a su mujer! A través de un pacto con el diablo, Garnier
adquirió la capacidad de transformarse en lobo. Muchos testigos cuentan un el
proceso haber tenido conocimiento de este pacto. El mismo acusado reconoce
haber utilizado un ungüento mágico para cubrir su cuerno antes de atacar a sus
víctimas. El proceso contra Garnier es muy similar a aquellos en que se juzgaba
a hechiceros o brujas y el culpable era condenado a la pena habitual en los
casos de hechicería: a la hoguera.
UNA
«EPIDEMIA» EXTENDIDA Y DURADERA
En 1589 un asunto
bastante parecido ocurre en Alemania. Un campesino llamado Pedro Stumf es
acusado de haber asesinado y devorado, bajo la apariencia de un lobo, a trece
niños, entre ellos a su propio hijo, y de haberse festinado con su cerebro. El
culpable fue ejecutado cerca de Colonia. Pero la licantropía no es sólo un
atributo masculino. Las mujeres también son capaces de transformarse en lobas.
En Lausana, en 1604, cinco brujas metamorfoseadas en lobas se llevan a un niño
y lo devoran después de haberlo hervido, extraño refinamiento en seres acusados
de actuar como animales. Como pareciera que estos hechos fueron comprobados,
ellas también fueron quemadas vivas. La obsesión por los hombres lobos es,
pues, inmensa por lo que se organizan en Francia, en numerosas provincias,
batidas destinadas a cazar a estas criaturas inmundas. Hasta cerca de 1610,
numerosos casos fueron registrados. En el siglo de la razón, el de Descartes,
el oscurantismo y el fanatismo continúan dando libre curso a un celo asesino.
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