EL MONSTRUO DE LOCH NESS:
Un extraño animal en un lago de
Escocia...
Situado
en el norte de Escocia, cerca de Inverness, el loch Ness es un lago apacible,
de 39 km de longitud y con una profundidad de más de 200 metros. No habría
llamado la atención del mundo si no se creyera que sus aguas esconden a un
extraño animal acuático. Las apariciones de Nessie, sobrenombre dado al
monstruo en el siglo veinte han sido consignadas desde los tiempos más remotos,
Pero es la publicación de un artículo sobre este animal en un periódico local,
el Inverness Courier, el 2 de mayo de 1933 lo que despierta el interés del gran
público acerca del monstruo.
CUELLO LARGO Y CABEZA DE REPTIL
Este
artículo, escrito por Alex Campbell, relata la aparición del monstruo, el 14 de
abril de ese año., frente a una pareja, el Sr. y la señorita MacKay. Mientras
éstos recorrían la nueva carretera que bordea el lago y desde la cual se tiene
una excelente vista, observaron con sorpresa la aparición de un gran remolino
sobre la superficie de las aguas. Enseguida, surgió un animal y pudieron
observarlo durante un largo minuto hasta que se volvió a sumergir. Alex
Campbell señala que “su cuerpo recordaba el de una ballena y el agua chorreaba
y se arremolinaba en torno a él como un caldero en ebullición".
El
8 de mayo siguiente, en un diario rival, el Northern Chronicle, se emplea por
primera vez la expresión “monstruo de loch Ness”, que lo inmortaliza y lo hace
objeto de la curiosidad pública. Se publican caricaturas de él en todos los
periódicos, mientras los turistas acuden por centenares a las orillas del lago
para tratar de verlo o de capturarlo, al punto que el comisario de Inverness se
ve obligado a publicar un decreto a fin de proteger al monstruo. Los
testimonios de las personas que han visto a Nessie se multiplican (y muchos
miles han sido registrados desde entonces), permitiendo establecer una especie
de retrato hablado del animal. Tiene la cabeza de un reptil, con grandes ojos
brillantes, un cuello largo que sobresale del agua, dos o tres jorobas y al
mover la cola genera grandes remolinos. Muchos testigos señalan también que se
desplaza a gran velocidad y otros dicen que a veces lanza gritos agudos. Es un
animal de naturaleza más bien huraña y parece inofensivo. Aparentemente sale de
vez en cuando del lago, puesto que un estudiante de medicina, Arturo Grant, se
cruza con él en el camino que bordea el lago una tarde en que regresaba a su
casa en motocicleta. Lo describe como una especie híbrida de un pleistosaurio,
un reptil prehistórico y una foca.
UN MONSTRUO FOTOGÉNICO
En
1933, un hombre llamado Hugo Gray toma la primera fotografía del monstruo,
desde una distancia de unos 800 metros. Los técnicos de la empresa Kodak, al
analizar la película, afirman que es auténtica. Después que la fotografía
saliera publicada, un artículo escrito para el muy serio diario The Times por
el capitán de corbeta Ruperto Gould hace una recapitulación de todas las
pruebas de la existencia del monstruo.
Se
logran otras fotografías del animal y una de las más notables data de 1934.
Tomada por un médico londinense, el coronel Roberto Wilson, muestra lo que
parece ser la cabeza y el cuello del animal que emergen del agua. Luego, en
1951, un leñador empleado por la Comisión forestal. Lachlan Stuart fotografía
por primera vez las jorobas de Nessie, visibles en la superficie. El monstruo
es también filmado en 1933 y luego en 1936 por un tal Malcolm Irvine. Pero el
documento más famoso es el que realizó en 1960 el ingeniero aeronáutico Tiro
Dinsdale, quien abandonó su profesión para consagrarse por entero a la búsqueda
del animal. Sobre la película se puede distinguir una joroba, de un color pardo
rojizo, que atraviesa el lago, luego gira y avanza paralelamente a la orilla
opuesta. Los expertos que examinaron la
película fueron incapaces de encontrar algún trucaje, aunque tampoco pueden
explicar la forma que se distingue. En general los científicos que han
estudiado el caso son prudentes y dudan, por temor al ridículo, de llevar mis
lejos sus investigaciones. El adversario más encarnizado del monstruo es el
profesor Mauricio Burton, que trabaja en el departamento de historia natural
del Museo Británico. Sin embargo, este hombre afirmó durante mucho tiempo que
el monstruo existía, antes de cambiar de opinión.
Por
el contrario, el zoólogo holandés Oudemans ha escrito dos tesis sobre el
monstruo en las que concluye que éste existe.
Finalmente,
a principios de los años sesenta, se creó una oficina especial para Investigar
los fenómenos de loch Ness, averiguar más sobre este animal misterioso y
examinar los distintos testimonios existentes.
CON LA AYUDA DEL SONAR
Esta
oficina, al igual que diversas personalidades interesadas en las
investigaciones sobre Nessie, no ha dudado en utilizar las técnicas más
modernas pero la particular topografía del lago dificulta la búsqueda. La gran
cantidad de limo depositado en el fondo del lago ha restado eficacia a las
máquinas fotográficas submarinas y los buzos que se han sumergido no han podido
distinguir nada. Además, la falta de fondos ha impedido la contratación de
submarinos perfeccionados.
Sin
embargo, en 1972 y luego en 1975, algunas imágenes registradas por un aparato
submarino desarrollado por el profesor Edgerton, del Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT), han sido analizadas por un instituto especializado de la
NASA y una de ellas ha mostrado el cuello y la parte superior del cuerpo de un
gran animal de alrededor de seis metros. Por lo demás, ya en 1962, un micrófono
submarino habla grabado los ruidos de un animal que se arrastraba por el fondo
del lago y varias tentativas realizadas con ayuda de un sonar (sistema de
detección acústica submarina), entre ellas la realizada por el abogado
norteamericano R. B. Rines, han permitido grabar el eco de grandes objetos que
se desplazaban bajo el agua. Los especialistas del sonar no tienen duda alguna
que estas grabaciones prueban la existencia de animales acuáticos de gran
tamaño en el loch Ness.
Una
teoría, según la cual habría varios animales se apoya sobre el hecho que las
apariciones de Nessie son muy antiguas (San Colombano, monje irlandés, lo
habría visto ya en 565). Por lo tanto, puede haber varias generaciones de
monstruos. Pero la naturaleza exacta de estos animales sigue siendo un completo
misterio.
¿PRIMOS DE AMÉRICA?
Sea
lo que fuere, Nessie no es, en ningún caso, el único monstruo lacustre que se
presume existe en el mundo. Tiene “primos", primero en Gran Bretaña y
también en otros países. Existen además en Escocia los "caballos
acuáticos” o "kelpies”, mencionados en numerosas ocasiones desde hace
varios siglos. En Irlanda, animales lacustres idénticos reciben el nombre de
"Pooka” o de "Piast”. Horribles animales acuáticos han aparecido
también en algunos lagos de Australia (como el "Bunyip”) en Japón, ("Issie")
y en Escandinavia ("Soe-orm” y el "Skrimsl"). En África y en el
Extremo Oriente, algunos testimonios dan fe de la existencia de animales
similares, productos de la imaginación humana, cuyas estructuras son a menudo
repetitivas, o resultado de observaciones que concuerdan, con algunas pequeñas
variaciones, todos se parecen decididamente al monstruo de loch Ness.
Pero el más conocido de
estos monstruos, después del de loch Ness, es el famoso Ogopogo, así llamado
por los indios naïtaka que viven en el lago Okanagan, de 128 km de largo, en la
Columbia Británica, en Canadá. Tal como Nessie, habría sido visto centenares de
veces (por vez primera en 1850) y fue fotografiado e incluso filmado en 1968
por un hombre llamado Art Folden. Las tomas de esta película muestran a un animal
que mide cerca de 18 metros de largo, con un cuello que mide 90 cm de
circunferencia en la base de la cabeza. Numerosos testimonios se refieren a su
pequeñísima cola, sus aletas y sus tres jorobas. Pero Ogopogo es igualmente
inasible, tal como el monstruo de loch Ness. En efecto, en 1977, sesenta buzos,
premunidos de tanques de oxígeno y llevando máquinas fotográficas y potentes
reflectores, penetraron por turno en el lago en una jaula de nueve metros, sin
lograr avistarlo, Allí también se creó una oficina de investigaciones del lago
Okanagan a fin de reunir pruebas.
Canadá posee, por lo
demás, un bestiario bastante importante, ya que, sin mencionar a “Caddy”, la
serpiente de mar vista frente a la costa de la Columbia Británica, ni a la
bestia negra del lago Ponenegamook, situado al este de Québec, otros dos
animales, llamados Manipogo, bastante similares a Ogopogo, se aparecen en los
lagos Winnipeg y Manitoba. Según A. R. Adams, quien habría visto a uno de ellos
en 1960, serían animales similares a una "enorme serpiente”, con una
cabeza en forma de rombo de unos 20 cm de ancho.
Estados Unidos tiene también sus animales lacustres misteriosos. Según testimonios registrados, las regiones en que lun aparecido se pueden dividir en tres grupos: los lagos de Wisconsin, las llanuras de Nebraska y los estados montañosos del noroeste. Todos los monstruos son descritos como enormes serpientes o saurios, cuyos cuerpos ondulantes se desplazan velozmente, Los testimonios recuerdan a los del monstruo de loch Ness y uno de ellos, observado en numerosas ocasiones entre 1930 y 1940 en el lago Payette, en Idaho, ha recibido también un sobrenombre: "Slimy Slim" (el "Flaco Pegajoso”). Sin embargo, estos monstruos no han sido nunca ni fotografiados ni filmados y solo se dispone de las declaraciones de los testigos, lo que hace su existencia claramente menos probable.
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