viernes, 16 de marzo de 2018

J. Grodin. ¿Qué es la Hermenéutica?


¿QUÉ ES LA HERMENÉUTICA?

En el presente escrito intentaremos dilucidar que es la hermenéutica y los diversos conceptos que, a lo largo de la historia, le son atribuidos por los diversos pensadores que caracterizaron cada época histórica en particular. Además, es importante que contrapongamos estas opiniones para advertir la situación de la hermenéutica a lo largo de la historia que, al igual que otras disciplinas filosóficas, se ha visto influenciada también por las ideologías que surgieron en cada momento.

En este sentido, la pregunta que, necesariamente, surge como asunto principal es: ¿Qué se entendía originalmente como hermenéutica? Y también ¿Cómo ha cambiado este concepto a lo largo de los siglos hasta nuestros días? Para empezar, hay que decir que la misma hermenéutica es objeto de interpretación pues, para unos, significa una cosa y para otros, otra como lo veremos a continuación:

Ø  En el sentido clásico del término, la hermenéutica designaba en otro tiempo el arte de interpretar los textos. Esto se ha visto en ciencias como la teología, la hermenéutica del derecho, y la filología.
Ø  Para Dilthey, la hermenéutica sigue teniendo el mismo significado, pero añade algo más: esta ciencia puede servir como fundamento metodológico para todas las ciencias del espíritu.  La hermenéutica se convierte, entonces, en una reflexión metodológica sobre la pretensión de verdad y el estatuto científico de las ciencias del espíritu.
Ø  La tercera concepción de la hermenéutica adopta la forma de una filosofía de la interpretación. Su idea fundamental es que la comprensión y la interpretación no son únicamente métodos que es posible encontrar en las ciencias del espíritu, sino procesos fundamentales que hallamos en el corazón de la vida misma. Sin embargo, Heidegger piensa que la hermenéutica, en principio, no tiene nada que ver con los textos sino con la existencia misma, henchida ya ella misma de interpretaciones, pero que aquella puede iluminar. La hermenéutica, entonces, se encuentra al servicio de una filosofía de la existencia, llamada a despertarse a sí misma. Se pasa así de “una hermenéutica de los textos” a una “hermenéutica de la existencia”.        



Como se mencionaba anteriormente, la hermenéutica ha cambiado de acepción para los diversos pensadores a lo largo de la historia, pero vale preguntarse: ¿es posible pasar de una hermenéutica textual a una hermenéutica existencial?


Antiguamente, la ciencia hermenéutica era, simple y exclusivamente el hecho y el arte de interpretar textos sagrados, como lo propuso san Agustín en su obra De doctrina christiana y también como lo mencionó en su libro las Confesiones, especialmente en los capítulos alusivos al hecho de la creación. Esta ciencia de la interpretación tomó el nombre de Hermenéutica en el siglo XVII gracias al teólogo de Estrasburgo Johann Conrad Dannhauer.  
Sin embargo, hay que mencionar que una de las características sobresalientes del medioevo era que todo giraba en torno a la idea de Dios, la naturaleza religiosa del hombre, pero en armonía completa con la razón. De modo que la fe y la razón estaban armonizadas; de hecho, se dice que en ese periodo de la historia existió una armonía que no se ha visto en otro periodo dentro de  ella. Este hecho anterior nos evidencia la conexión existente entre la antigüedad y el medioevo: lo que en la primera se sabía, en la segunda se empezaba a analizar e interpretar para dar una visión más completa de la realidad en la que el hombre de aquel tiempo vivía.

Cuando llegó el Renacimiento, también hizo su aparición el antropocentrismo. Era una época en que el hombre se redescubría a sí mismo, empezaba a tener otro concepto de si más amplio que solamente ser criatura de Dios y también empezó la pugna entre la fe y la razón.   El hombre empezó a ocuparse de sí mismo y ciencias como la hermenéutica, que eran solamente aplicadas a los textos sagrados, empezaron a tener un objeto de estudio más amplio y universal sobre todo a partir del siglo XIX. Gracias a las continuas aportaciones de Schleiermacher, la hermenéutica dejó de ser una ciencia auxiliar para convertirse en una ciencia con método propio. Viendo todos estos antecedentes, podríamos creer que la hermenéutica estaba atrapada en un reduccionismo porque solamente se aplicaba en la interpretación de los textos sagrados, como se sigue haciendo ahora. Volviendo a la universalización de la hermenéutica, se puede decir que ha ganado más terreno en este tiempo que antes; la lectura crítica es una herramienta muy preciada para la hermenéutica, pues nos proporciona elementos importantes para una correcta interpretación del texto que nos encontramos.

Llegados a este punto, emerge una pregunta ineludible: ¿estuvo bien que el hombre y la hermenéutica comenzaran a tener una visión más universal de la realidad? Yo pienso que si porque ciencias como la hermenéutica tienen ámbitos más amplios a los que puede llegar. Es más, podría pensar que el hombre, sobre todo a partir de la edad moderna, ha podido volver la mirada sobre sí mismo cuando el tema predominante de la edad media era la idea de Dios. Sin embargo, no estoy excluyendo esa idea de la mente de los hombres sino que quiero incluir el resto de la realidad; el hecho de que consideremos la idea de Dios no significa que debamos fijarnos exclusivamente en él, pues el hombre es un ser que se encuentra en el mundo  y que, por demás, hace también parte del mismo: basta con despertar todos los días y ver que el sol nace y también que se pone en el ocaso cuando llega la noche. La realidad, y el mundo que lo compone, nos rodean innegablemente.

Todo esto se encuentra presentado organizadamente, pero también hay que tener en cuenta la incidencia de la filosofía contemporánea teniendo como representante principal el posmodernismo o posmodernidad. ¿Qué es esto de la posmodernidad? Para empezar,  tenemos que señalar que posmodernidad es un periodo que está viviendo la filosofía en estos últimos tiempos. Se caracteriza por un cuestionamiento de todas nuestras posiciones a nivel artístico, filosófico e histórico que propugna por la deconstrucción de todo lo que se ha ido construyendo a lo largo de la historia y, como no podía ser de otra manera, también la hermenéutica ha sido alcanzada por esta nueva ideología. ¿En que afecta esto a la hermenéutica? No podemos pasar por alto que Heidegger pensaba que la hermenéutica no tiene nada que ver con lo que sabemos hace parte esencial de esta ciencia: los textos, que son el objeto y campo de trabajo de ella. Pero eso no es todo. Nietzsche ya había dicho: “no existen hechos, sino solo interpretaciones”.  Esta parece ser la frase que anima todo el trabajo de esta ideología contemporánea como lo es la posmodernidad. Claramente se ve que esto atenta contra la razón de la misma hermenéutica textual para convertirse, de esta manera, en una hermenéutica de la existencia. Esto quiere decir que no hay verdades absolutas y que todo es relativo de acuerdo a la óptica desde la que se mire la realidad. Aquí vemos que el relativismo de los profetas de la sospecha ha tocado también a la hermenéutica porque nos vemos abocados a cuestionar nuestros valores y principios de nuestra relación con el mundo y con nuestros semejantes. Sin embargo, la posmodernidad no es un efecto o consecuencia de nuestra realidad sino un reflejo de la época en que nos ha tocado vivir: nos encontramos en unos tiempos marcados por corrupción política y problemáticas sociales que nos aquejan e interpelan como seres humanos. Seria de locos intentar negar la crisis en que nos encontramos, pero tampoco es cuerdo que tengamos un sentimiento de derrotismo creyendo que esta situación es irreversible, pero esta cuestión es algo que pertenece a otros escritos.

La hermenéutica, como acabamos de ver, se ha visto alcanzada por la ideología característica de nuestros días por parte de los existencialistas que, olvidando los textos, quieren hacer una implicación directa entre la existencia y la hermenéutica pasando por alto la esencia de esta ciencia: el texto escrito. Por lo tanto, digo que una hermenéutica existencialista no es viable porque el texto es algo intrínseco y esencial para la hermenéutica.
  

martes, 6 de marzo de 2018

La hermenéutica y la astronomía


La hermenéutica y la astronomía 


En primer lugar, hay que tener claro qué significa hermenéutica.  Sabemos, por trabajos anteriores, que la hermenéutica tiene su origen en la Grecia Antigua. Etimológicamente hablando, viene de Hermes, el mensajero de los dioses olímpicos porque este dios era el encargado de dar a los hombres los mensajes que provenían de los dioses. En la actualidad, de manera mucho más clara, nos vemos abocados a cuestiones que tienden a ser interpretables. Un ejemplo claro de ello puede ser  la época electoral en un país, un descubrimiento astronómico importante como un planeta potencialmente habitable o el hallazgo de planetas en otras galaxias del universo, entre otros.
           
Detrás de todas estas noticias, se encuentra el significado que tienen todas estas cosas. En ese sentido, cabría preguntarse: ¿Qué significa haber descubierto un planeta habitable en nuestra propia galaxia? O ¿Qué significa que hayamos descubierto planetas extra -galácticos[1]?
Cada vez que los astrónomos encuentran algo como un planeta alrededor de otra estrella, fenómenos como los agujeros negros, estrellas de neutrones y cosas parecidas nuestro conocimiento del universo mejora y, en cierta medida, verifica o confirma lo que ya sabíamos con respecto a un tema astronómico en particular. Por ejemplo, hace más o menos 100 años, Einstein predijo la existencia de las ondas gravitacionales  y ahora, en tiempos recientes nuestros telescopios en todo el planeta han podido detectarlas y también observar los fenómenos que las causan: el choque de estrellas de neutrones y los agujeros negros. Con respecto a la verificación de nuestro conocimiento del universo, se contrapone la cantidad de estrellas enanas rojas (las más abundantes del universo)  y los problemas que una estrella como esta, si es inestable y peligrosa para la vida, puede causar. Con respecto a eso, siempre existen los extremistas o las personas que hablan muy precipitadamente, olvidando un principio científico vital: el análisis y la observación. Hay muchos que se aventuran a decir que por haber encontrado un planeta en la zona habitable de su estrella vamos a encontrar vida alienígena ya sea simple o compleja: nada más alejado de la verdad. No es queramos negarlo sino más bien intentar ser objetivos con la noticia y con los resultado que de ella, puedan derivar, las implicaciones que una u otra respuesta puedan ofrecer a todas las personas interesadas en ese asunto. Es como si hubiese una predisposición hacia la realidad de encontrar extraterrestres. De encontrarlos algún día, nuestra concepción del universo daría un giro astronómico. Además, muchos de nosotros consideramos (incluso yo, dicho sea de paso) que el universo es tan grande como para que seamos nosotros los únicos que lo habitemos. De hecho, las similitudes que hemos  encontrado en otros sistemas solares, con respecto al nuestro, nos hacen pensar que la vida debería ser algo habitual y común en el universo. Una de las razones por las cuales el ser humano se ha creído un ser especial en su existencia en el universo es precisamente eso: hasta ahora no hemos hallado inequívocamente una evidencia que afirme o, en su defecto, niegue por completo una u otra cosa. Hasta hace unas décadas solamente creíamos que no podría haber planetas en torno a otras estrellas y, en cambio, a día de hoy hemos descubierto miles de ellos con nuestros telescopios en otras regiones de nuestro hogar cósmico. Ese es el panorama de esta ciencia sin añadir que hemos descubierto planetas en otras galaxias; eso ayuda, como dije más arriba, a confirmar y verificar lo que ya sabíamos del universo: teorizábamos que, como la nuestra, debía haber galaxias que tuvieran planetas que orbitaban otras estrellas parecidas o distintas a nuestro sol, galaxias que tuvieran los mismos objetos astronómicos como los que existen en la nuestra. Esto me constriñe a pensar que la vida debe ser algo más común y frecuente de lo que nuestros telescopios han podido detectar hasta el momento. Considerando este asunto, es más probable que la respuesta a la pregunta sobre la existencia vida en otros mundos se incline más hacia la evidencia que a la duda. Aunque las probabilidades de que esto vayan en aumento, solamente el tiempo nos dirá quién tiene la razón: hace poco tiempo creíamos que no había más planetas y hoy hemos descubierto mucho más que solamente planetas ¿Qué nos deparara el futuro? Es algo que, queramos o no, vamos a descubrir en los años posteriores.     


[1] Se llaman extra-galácticos aquellos planetas que se encuentran ubicados en otras galaxias diferentes a la Vía Láctea. Véase: https://www.astrobitacora.com/primeros-exoplanetas-extragalacticos/