viernes, 1 de abril de 2016

Francesc Torralba. Finalidad y sentido de la ética organizacional

Francesc Torralba y la ética organizacional 



La ética, que tiene una incidencia a nivel "Micro" también tiene una influencia a nivel "Macro", o sea una repercusión a gran escala. Esto podemos comprobarlo, de manera evidente, en las relaciones que se generan entre organizaciones en un escenario que se llama sociedad. Este el ámbito donde individuo y organización se confrontan y se relacionan para alcanzar el desarrollo que ambos tienden y, por supuesto, tienen que alcanzar. Si la ética es importante para saber vivir en comunidad, la ética organizacional también lo es para vivir en sociedad donde no solamente personas sino, además, grupos entran en una necesaria dependencia como lo reclama la naturaleza humana, que es eminentemente social.

Sin la ética no se podría vivir en ningún ámbito de la de la existencia, en ninguna profesión. La ética es necesaria e importante porque, más que formar profesionales, forma seres humanos capaces de vivir correctamente  su respectivo opción profesional en la sociedad. Es importante porque ella busca armonizar la esfera profesional con las otras dimensiones vitales y la esfera profesional entre sí, buscando entre las dos una unidad congruente.

Este autor arguye la existencia de una crisis de desconfianza para con las organizaciones. Además, enumera causas tales como la falta de honestidad y transparencia hasta la falta de competitividad (la capacidad de hacer eficientemente algo que dicen o aseguran saber hacer) para asumir los retos o las misiones que se le plantean a estas asociaciones o grupos de individuos en un momento y circunstancias determinadas en la historia de su entorno social.

A la ética empresarial se le puede denominar como las reglas del juego por las que las empresas actúan de manera ética y moral en sus relaciones con organizaciones de otra índoles como la jurídica, la económica, las académicas, etc. Ahora bien, la ética es importante en las actuaciones entre individuos y colectividades por la misma razón por la que un mundo sin ética es insostenible. De esta manera, la ética se define como la ciencia del saber vivir y, en sociedades como esta, es importante tener en cuenta criterios éticos para la actividad lícita de las organizaciones. Se mencionaban, en una entrada anterior, las éticas o las concepciones éticas que imperan en el entorno comercial de las empresas y se hace importante recordarlas porque son fenómenos que influyen y afectan, de manera clara e implícita, el comportamiento de las organizaciones de todas las partes del mundo. Estas son:


Actitud ingenua o "naif".  Esta hace sus reflexiones a ciegas al respecto de las condiciones reales de las organizaciones.

Actitud apocalíptica. Esta considera que ya no hay nada qué hacer. Las organizaciones se dejan guiar por la sed de consumo, audiencia y rentabilidad prescindiendo, incluso, de los presupuestos morales.

Actitud cínica. Frente a la ética organizacional, convierte a la ética en cosmética, en una fachada.

Actitud ética.  Esta juzga como elemento imprescindible el papel de la ética organizacional. Quiere hacer ver como necesaria la implantación de la ética como la garantía de un uso y desenvolvimiento de la empresa en el mundo profesional.

¿De qué podría servir la ética en una organización? ¿Qué aporta? ¿Por qué contribuye, netamente, a la cohesión de los recursos humanos de la organización? 

Es importante la ética porque sin ella, es imposible mantener en la organización sus frutos, su calidad y su credibilidad en el entorno o sector. Si en una organización Hay ética significa, cuanto menos, que se respetan los derechos de las personas que ahí colaboran en el producto final. Significa que,cuanto menos, hay una relación de equidad entre los distintos colaboradores, significa que a uno lo valoran por su talento y su capacidad mas no por ser el cuñado o el sobrino de alguien. 

A nivel personal, nuestra credibilidad y honorabilidad se miden por la moralidad de nuestras acciones. Aquí nos damos cuenta, perfectamente, de que nuestras acciones hablan de nosotros mismos mucho más que nuestras palabras pues son fruto de nuestra manera de ver la vida y de nuestra actitud hacia ella. Del mismo modo, el proceder moral de las organizaciones influye en las instancias externas de las mismas y entre sí mismas. Si una persona forja su imagen ante los demás por su forma de actuar, también las organizaciones construyen su marca con respecto a la sociedad y a las colectividades que la conforman. Por eso es importante, y muy notoria, la actuación pública de  un individuo perteneciente a una organización para concebir la forma de actuar de la colectividad a la que pertenezca. Aun así, los conceptos pueden ser errados porque el hecho de que un individuo no actúe como se le espera que obre no significa que todos los pertenecientes al mismo grupo, actúen de la misma forma que aquel, ignorando los factores que lo movieron o incitaron a actuar así. En la gran mayoría de los casos, la forma de actuar de una sociedad está fuertemente determinada por las organizaciones que coexistan en ella, e incluso pueden influir en el rumbo definitivo de la misma para el bien o para el mal de los individuos o colectivos que las compongan. 


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