jueves, 12 de mayo de 2016

Ética y moral

¿Qué es la ética? ¿Qué es la moral? 

Hasta el momento he hablado de la importancia de la ética tanto a nivel individual como a nivel organizacional. Sin embargo, me parece que sería oportuno y, por demás, pertinente intentar dar una definición sobre la ética; entender qué es la ética es necesario si queremos comprender el sentido de la misma en los distintos ámbitos expuestos arriba.

Ante todo, debemos advertir que la palabra ética viene del griego ethos,  que significa carácter. Es la rama filosófica que aborda la bondad o la maldad de los comportamientos humanos. Dilucida sobre la moralidad de los actos humanos de manera individual y colectiva. El ser humano, por ser circunstancial, se encuentra muchos dilemas a diario, y la ética se propone como una herramienta solucionadora de tales problemas. Gracias a la ética, el ser humano deja de ser simplemente un ser vivo como los que coexisten con él en el planeta tierra. Tiene, como lo sostiene Cortina, la capacidad de reflexionar o conjeturar sobre cada una de las acciones que puede llevar a cabo en un contexto determinado, diferenciándose así de las plantas y animales, los cuales actúan por simple instinto. Ahora bien, la ética se encarga de cuestiones generales, de proporcionar ciertas pautas que son útiles y aplicables en aspectos comunes a las diversas circunstancias mientras que la moral funciona desde casos específicos y trata, además, de cuestiones prácticas más que teóricas. No obstante, debemos tener en cuenta que, aunque tengan funcionalidades específicas, ambas están unidas en cuanto que una se alimenta de la otra. Son distintas, pero inseparables.
La ética busca, como se dijo en otro momento,  una justificación de una concepción acerca de cómo debería ser el comportamiento humano. Ya sabemos que este ha ido cambiando, al igual que el pensamiento, a lo largo de la historia puesto que el hombre es un ser perfectible, inacabado, que hace su evolución a la par de su historia. Un ejemplo claro de ello es el hecho de que algunos grupos humanos desaprobaran la unión de sus miembros con integrantes de otras colectividades, teniéndolo así, como un acto inmoral.
El vocablo moral, por su parte, viene del latín mos, mores, que quiere decir costumbre o costumbres. Moral y ética tienen que ver ya con la adquisición de hábitos, que no corresponden necesariamente con disposiciones naturales que se adquieren mediante esfuerzo voluntario y personal. 
Puesto que la ética tiene, obligatoriamente, una dimensión social que le es propia se vincula a ciencias tales como la sociología, epistemología, la antropología, la psicología y también la economía política. Aquí también ocurre otro ciclo: el comportamiento moral personal influye de una manera concreta en la sociedad y esta influye en la manera de comportarse del individuo, aunque no totalmente.
Por ejemplo, nos encontramos en una época que muchos llaman del posconflicto y vemos que todo lo que ha pasado ha influido, de manera más o menos evidente, en muchos de los fenómenos  derivados de esta problemática. Me refiero específicamente al desplazamiento como efecto del posconflicto, gracias al cual creció, a finales del siglo pasado, el índice demográfico de algunas ciudades colombianas o también el problema del analfabetismo en algunas personas que estaban acostumbradas a un hábitat rural y se tuvieron que ir, por mencionadas razones, a un ambiente urbano. 

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