LAS DIEZ TRIBUS PERDIDAS[1]
¿QUÉ FUE DE LOS HIJOS DE ISRAEL?
Los
libros históricos de la Biblia relatan que los asirlos deportaron a diez de las
doce tribus que formaban el pueblo hebreo cuando invadieron el reino de Israel,
entre 724 y 721 antes de Cristo. Nadie sabe qué se hicieron esas diez tribus y,
desde la Antigüedad hasta el siglo XIX, numerosos viajeros declararon haberlas
encontrado.
En
930 antes de Cristo, el reino de David y de Salomón se dividió en dos estados:
el reino de Israel, al norte, constituido por diez tribus, y el reino de Judá,
al sur, donde se reunieron las otras dos tribus. Israel cayó en 721 antes de
Cristo bajo el dominio asirio y sus habitantes fueron exiliados en Jalaj, en el
Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos (II Reyes, 17).
Entonces
desaparecieron de la historia. El pasaje de Crónicas (I, 5, 26) precisa que las
diez tribus "permanecieron en Asiria hasta el día de hoy". Las
profecías de Isaías (11, 11), Jeremías (31, 8) y Ezequiel (37, 19), un siglo
después de los hechos, son claras sobre este punto: se pensaba entonces que las
tribus vivían lejos, esperando el día en que los hijos de Israel fueran
nuevamente reunidos.
Un regreso anunciado
Durante la Antigüedad y el período del segundo Templo de Jerusalén, nadie
dudaba de la existencia de las diez tribus. El testamento de los doce
patriarcas consideró su existencia como un hecho y en el siglo IV antes de
Cristo, en su quinta visión, Esdras (IV, 13, 34) describió: "una multitud
pacífica son las diez tribus que fueron llevadas prisioneras lejos de su
país". Algunos textos dan por hecho que las diez tribus están ahora más
allá del Eufrates. La tradición atribuye su imposibilidad de reunirse con sus
hermanos al hecho que las dos tribus del reino de Judá fueron dispersadas a
través del mundo. Las diez tribus fueron exiliadas más allá del misterioso río
Sambation, cuya travesía sólo es posible el día del sabat. Además, según el
Talmud de Jerusalén, los exiliados fueron divididos en tres grupos iguales y
cada uno tomó una dirección diferente.
Desde
la Edad Media hasta nuestros días, varios viajeros y exploradores declararon
haber encontrado a las diez tribus perdidas. En el siglo IX después de Cristo
apareció un hombre, Eldad ha-Dani, que aseguró ser miembro de la tribu de Dan y
conocer cuatro de las diez tribus. Otro aventurero, David Reuveni, pretendió
ser el hermano de José, rey de las tribus de Rubén, de Gad y de la semi-tribu
de Manasés, que se habían instalado en Khaybar en esa época, en Arabia.
El
nombre de Khaybar está sin duda inspirado en Jabor, ciudad evocada en la
Biblia. Finalmente, en 1173, el viajero Benjamín de Tudela describió largamente
a las tribus perdidas. Según él, cuatro de ellas, las de Dan, Aser, Zabulón y
Neftalí, se habrían instalado en la ciudad de Nishapur, en Asia, donde habrían
sido gobernadas por su propio príncipe José Amarkala el Levita.
DE ETIOPÍA A AMÉRICA
En
Etiopía viven los falashas, población negra de religión judaica. La primera
mención conocida de su existencia está en dos Cartas de Jerusalén de Obadiah de
Bertinoro, en 1488 y 1489. En 1528, eL cabalista Abraham Levi el Viejo vio en
ellos a los descendientes de las tribus perdidas. ¿Tenía razón? Es poco probable:
Etiopia y Egipto tuvieron siempre estrechas relaciones, y los hebreos son desde
hace mucho tiempo, numerosos en Egipto: posiblemente algunos de ellos
convirtieron a un grupo de etíopes al judaísmo. La hipótesis más fantástica fue
emitida en el siglo XVII por el viajero originado de Amsterdam. Aaron Levi de
Monteamos. De regreso de un viaje a Sudamérica, relató que, en la cordillera de
los Andes, unos indios lo recibieron recitando el Shema oración compuesta por
tres versículos de la Torá. Manasés ben Israel, rabino de Amsterdam, fue
conquistado por el relato de Montezinos. En 1652 publicó una obra, Esperanza de
Israel en la que escribió «Las Indias del oeste están habitadas desde hace
mucho tiempo por una parte de las diez tribus que pasaron del otro lado de
Tartarie por el estrecho de Anian, (actual estrecho de Bering).
LAS TRIBUS ENCONTRADAS
Evidentemente,
ninguna exploración posterior confirmó este sueño. En su Viaje a Jerusalén,
publicado en Glasgow en 1786, el inglés Richard Burton (Nathaniel Crouch) vio
en los indios de Norteamérica a las diez tribus perdidas.
Los
arqueólogos del siglo XX y el estudio de los textos asirios permiten
restablecer hoy la verdad. En 721 antes de Cristo, Samaria fue conquistada por
el rey asirio Sargón, sucesor de Salmanasar V, evocado en la Biblia. Deportó
efectivamente una parte de la población a Asiria y la reemplazó por gente de
Mesopotamia. Sin embargo, contrariamente a los relatos de la tradición
hebraica, las diez tribus no desaparecieron en el exilio. Por otra parte, la
Biblia evoca recurrentemente las numerosas poblaciones que permanecieron en
Israel. Sólo una pequeña parte de los hebreos fue obligada a partir a Asiria;
27.280 personas en cuatro años, según los archivos de Sargón. Sin embargo, se
trataba de las clases dominantes: sacerdotes, funcionarios, intelectuales,
aunque eran minoría, inspiraban la cultura y la política.
Por
esta razón fueron reemplazados por la administración asiria. Por lo tanto, no
hubo una deportación física masiva ni la desaparición de las tribus, pero las
clases dominantes desplazadas se fundieron rápidamente con la población de las
grandes ciudades asirias. Esta técnica de dominación mediante el desplazamiento
de las elites en los países conquistados y su asimilación es un procedimiento
utilizado en varias ocasiones por el imperio asirio.
[1] El
articulo completo lo puedes consultar aquí: file:///C:/Users/ARNOLDO/Desktop/Los%20Grandes%20Enigmas%20-%20Larousse.pdf
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