EL LABERINTO DE CNOSOS [1]
El origen impugnado de un mito
Construido
por los amos de Creta a partir de 1700 antes de nuestra era, los edificios
conocidos bajo el nombre de palacio de Cnosos, con sus innumerables piezas y
corredores entrelazados, conforman ciertamente el laberinto que la leyenda
atribuye al Minotauro. Pero, ¿qué es lo que encierra la leyenda del Minotauro?
Y el "palacio", ¿lo era verdaderamente?
Hasta
fines del siglo XIX no se sabía acerca de Creta antes de la colonización griega
más que lo que sus escritores antiguos contaban. Los relatos giran en torno al
Laberinto y comienzan con Dédalo, su supuesto arquitecto. Este, originario de
Atenas, se vio forzado a exiliarse por haber dado muerte a su sobrina. Se refugió
en Creta, donde el rey Minos, hijo de Zeus y de Europa, le pidió construir un
edificio para encerrar en él al Minotauro, creatura mitad hombre, mitad toro,
fruto de los amores entre la reina y un toro.
Dédalo
diseña entonces el complejo laberinto cuya salida nadie puede encontrar. Por no
haber complacido al rey, es encerrado allí junto a su hijo Ícaro y solamente
pueden evadirse por los aires. Más tarde, cuando Minos vence a Atenas, la
ciudad conquistada debe entregar en tributo siete varones jóvenes y siete
doncellas cada año, las víctimas son encerradas en el Laberinto y sacrificadas
al monstruo hasta el día en que el héroe Teseo mata al Minotauro. Gracias al
hilo de Ariadna, hija de Minos, el vencedor puede salir sin dificultad de los
inextricables corredores.
UN REDESCUBRIMIENTO
A
partir de 1894, el arqueólogo sir Arthur Evans recorre la isla buscando huellas
de este período olvidado. Bajo los restos griegos y romanos, encuentra
numerosos testimonios de la civilización minoica.
A
partir de 1900, Evans emprende las excavaciones en el palacio de Cnosos. Estas
no tardan en dar frutos. Muy pronto, saca a luz una profusión de salas y de
corredores que permiten aclarar las leyendas desde una nueva perspectiva: una
arquitectura tan compleja es, sin duda alguna, el origen de los relatos
mitológicos sobre el Laberinto. Además, se encuentran numerosos frescos y
esculturas que representan toros. Pero, ¿por qué gozó de pronto el palacio de
tan mala reputación? Quizás porque en realidad no se trataba de un palacio sino
de un santuario, donde las víctimas eran inmoladas, o ¿de un lugar sagrado que
servía de cementerio?
¿PALACIO REAL O GIGANTESCO
MAUSOLEO?
En
efecto, algunos arqueólogos cuestionan que este gigantesco edificio
desenterrado de Cnosos fuese un palacio destinado a ser habitado. Destacan que
el sitio escogido no es apropiado para un palacio: expuesto, difícil de
defender, no está construido de acuerdo al espíritu de una época en la que
griegos y piratas egeos efectuaban a menudo ataques en el Mediterráneo.
Además,
existen pocas fuentes de agua en torno al palacio, por lo que el
aprovisionamiento de agua para una gran población hubiese presentado problemas.
Las salas que fueron denominadas al principio departamentos reales, debido a
los objetos allí encontrados, son de hecho subterráneos húmedos, desprovistos
de ventanas. Cuesta imaginarse que un soberano hubiese escogido deliberadamente
instalarse allí. Por último, el palacio no posee ni cocinas ni caballerizas, lo
que es inconcebible para un edificio de esta importancia.
Según
el arqueólogo alemán Hans Georg Wunderlich, el palacio habría sido un inmenso
mausoleo destinado a recibir a loa muertos y, con toda seguridad, no fue jamás
habitado. Las grandes vasijas de tierra que habrían contenido supuestamente
grano o aceite, son urnas en donde se habrían conservado los cadáveres en miel.
Asimismo,
los silos de piedra son sarcófagos y las canalizaciones una instalación que
permitía llevar los fluidos necesarios para embalsamar los cuerpos. Esta
seductora teoría haría del mítico Minos una figura alegórica de la muerte
evidentemente temible. Tal explicación se topa con un obstáculo importante: no
se han encontrado restos humanos, ni cenizas ni esqueletos entre las ruinas del
edificio. Pero las excavaciones prosiguen y Cnosos nos entregará quizás algún
día todos sus secretos...
[1] Puede
consultarse aquí la versión completa de este artículo: file:///C:/Users/ARNOLDO/Desktop/Los%20Grandes%20Enigmas%20-%20Larousse.pdf
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