martes, 16 de noviembre de 2021

La isla del paraíso (las travesías de san Brandán)

LA ISLA DEL PARAÍSO[1]

LAS TRAVESÍAS DE SAN BRANDAN

Considerado sin razón durante mucho tiempo como legendario, san Brandan es uno de los grandes viajeros de la época celta. Durante siglos, los relatos apócrifos de sus viajes apasionaron a los lectores medievales. Las distintas versiones de la Navegación de san Brandan (Navigatio Sancti Brandani) se escalonan entre los siglos IX y XIV, pero las copias de manuscritos aumentan sensiblemente a partir del siglo XII y su difusión se extiende por toda Europa. La fascinación que ejerce el personaje se explica por la convicción generalizada que descubrió la Isla de las Maravillas, es decir, el Paraíso terrenal.

LOS MONJES NAVEGANTES

En los siglos V y VI, los monjes celtas, cuya tradición católica de origen oriental se opone en cierta medida a la que Roma intenta imponer en Europa continental, se adentran en el mar. Se proponen convertir a los paganos del oeste, lo que explica la importancia que reviste para ellos conocer las islas del Atlántico.Por otra parte, en el evento que pudieran realizar el viaje hasta Jerusalén al menos una vez, se les recomienda exiliarse solos o en pequeños grupos en lugares apartados para hacer penitencia y construir eventualmente un monasterio. De este modo, se establecen en Islandia ya a fines del siglo V. Sin embargo, numerosos monjes ya no pueden integrarse a la vida común y pasan su tiempo viajando de isla en isla. La razón de sus vagabundeos radica en una esperanza loca: descubrir el paraíso terrenal que una tradición ubica con extraña certeza al otro lado del Atlántico.

LOS PRIMEROS VIAJES DE BRANDAN

Hacia el 506, Brandan, un hombre libre nacido en Irlanda alrededor del 484 y ordenado sacerdote por el año 504, vive en el país de Gales. Unos quince años mis tarde, realiza, junto a una pequeña tripulación, su primer gran viaje hasta Islandia a bordo de una embarcación liviana llamada coracle. En el curso de uno de sus viajes a esta isla, entonces considerada como la antesala del Paraíso, una especie de «purgatorio moderno», divisa por primera vez, la capa de hielo que cubre el océano polar y los icebergs. Hacia el 527, esta vez acompañado por otros dos coracles, llega al parecer por primera vez hasta las Canarias, las islas de la Fortuna de los antiguos, luego toma rumbo hacia mar afuera. ¿Hasta dónde llega exactamente en este viaje? No sabríamos decir, ya que las diferentes fuentes tienden a confundir las peripecias de este viaje con las de la expedición siguiente, que fue de mucha mayor trascendencia.

Sin embargo, parece que después de haber viajado lentamente por el mar, los coracles deben enfrentar una terrible tormenta que hunde a dos de ellos con su tripulación y cargamento. Cuando vuelve la calma. Brandan y los sobrevivientes divisan desechos vegetales flotando en el agua que indican la proximidad de una tierra occidental. Demasiado afectados los marinos deciden sin embargo devolverse: el viaje no logra cumplir su objetivo.

RUMBO AL PARAÍSO

Unos quince años más tarde, probablemente en 544 - 545 (a la sazón Brandan ya tiene casi sesenta años y vive en Bretaña), el monje emprende una nueva expedición. Esta vez se embarca en un sólido navío de madera, un pontón, y después de hacer otra vez escala en las Canarias, se lanza a la conquista del Atlántico. Nuevamente, los textos relatan las dificultades de una larga travesía en alta mar y mencionan una tempestad. Luego los navegantes descubren, flotando en el agua hojas de palmera y extrañas cáscaras cubiertas de fibras, sin duda nueces de coco. Este detalle es muy importante, ya que los textos que lo citan datan de una época en que estos frutos todavía no se conocían en Europa. Unos días después, el barco llega finalmente a una gran isla tropical. La descripción de esta isla y la de la corriente marina que la rodea antes de internarse hacia el este hacen pensar que podría tratarse de Cuba. Brandan desembarca ahí y se establece por cierto tiempo, luego vuelve a Bretaña, a la que llega dos años después de su partida. Los textos afirman que ha pisado el suelo del Paraíso terrenal.



[1] La versión completa de este texto la puedes encontrar aquí: file:///C:/Users/ARNOLDO/Desktop/Los%20Grandes%20Enigmas%20-%20Larousse.pdf

 

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